Miedo al fracaso – Atiquifobia –

Probar algo nuevo da miedo. Hay muchas cosas que pueden salir bien, pero también muchas cosas que pueden salir mal. Sabiendo esto, puedes intentar prepararte antes de probar algo nuevo, mentalizarte o pedir consejo. Pero si el miedo al fracaso le impide intentar algo nuevo o le impide vivir su vida, es posible que no sólo se sienta incómodo con las nuevas experiencias. Es posible que esté experimentando atiquifobia.

Sí, la atiquifobia es algo real. Si tienes miedo al fracaso, no tienes por qué vivir la vida sin correr riesgos ni probar cosas nuevas. Puede recibir tratamiento para la atiquifobia y vivir una vida productiva y exitosa.

¿Qué es la atiquifobia?

La atiquifobia es el miedo al fracaso. Aunque esta es una experiencia con la que muchas personas pueden identificarse, no se considera un diagnóstico en sí mismo. A alguien con atiquifobia se le puede diagnosticar una «fobia específica». Hay tratamiento disponible para la atiquifobia.

¿De dónde viene la palabra “atiquifobia”?

Podemos dividir la palabra “atychiphobia” en tres partes diferentes: a-, tychi- y -fobia. Todas estas partes se remontan al griego. «Tychi» proviene de la palabra griega «tuchè», que significa «fortuna». El prefijo «a» niega lo que viene después. La fortuna se convierte en desgracia. Finalmente, “fobia” proviene de la palabra griega phobos, que se traduce como “miedo”.

¿Qué tan común es la atiquifobia?

El miedo al fracaso ciertamente es identificable. Los occidentales crecen en una cultura donde el fracaso se percibe como algo malo y la perfección es una meta digna. Pero la atiquifobia, que es mucho más paralizante que la ansiedad generalizada o el disgusto por el fracaso, es menos común.

Los psicólogos y profesionales de la salud no tienen cifras exactas sobre cuántas personas en todo el mundo experimentan atiquifobia. Tiene su propio diagnóstico específico que se puede rastrear. Sabemos que 19 millones de estadounidenses experimentan fobias específicas, pero se trata de un gran paraguas que cubre muchos miedos. La fasmofobia (el miedo a los fantasmas), la globofobia (el miedo a los globos) y la tripofobia (el miedo a los agujeros muy juntos) se consideran fobias específicas. (Incluso las fobias irracionales se consideran fobias específicas).

También es difícil obtener datos sobre la atiquifobia porque se desconoce cuándo el miedo al fracaso cruza la línea para convertirse en una fobia. Las personas pueden sentirse avergonzadas de hablar de la ansiedad que sienten al pensar en el fracaso. Puede que no busquen ayuda debido a su miedo al fracaso. Por ese motivo, la atiquifobia puede ser más común de lo que cree. Y si cree que tiene miedo al fracaso, considere recibir tratamiento.

Síntomas de la atiquifobia

Tener miedo de algo es diferente a recibir un diagnóstico de una fobia específica. La idea del fracaso puede hacerte sentir incómodo, pero eso no es atiquifobia. La atiquifobia es un miedo intenso y debilitante al fracaso que impide que alguien viva una vida productiva.

Ante la idea del fracaso, una persona con atiquifobia puede experimentar una reacción física:

  • Ataque de pánico
  • Dificultad para respirar, respiración superficial o hiperventilación.
  • Mareos, náuseas o vómitos.
  • Dolores de pecho o estómago.
  • Frecuencia cardíaca inusualmente rápida
  • Sudoración o sofocos

La respuesta emocional a la idea del fracaso también puede ser intensa. Una persona puede sentirse completamente fuera de control o impotente. La idea del fracaso puede impedirles moverse, literalmente. Sienten un deseo abrumador de abandonar la situación o de autosabotear sus esfuerzos.

Estas reacciones pueden parecer extremas. Nos enfrentamos a la posibilidad de fracasar todos los días, pero rara vez esto provoca que una persona sufra un ataque de pánico. Esto no significa que una persona con atiquifobia esté siendo «dramática». El miedo que están experimentando es real. Es importante para ellos recibir un diagnóstico adecuado de un profesional médico y someterse a tratamiento.

Si no se trata, el miedo al fracaso puede impedir que una persona consiga un trabajo, reciba una educación, forme una familia o alcance otros hitos críticos en su vida.

¿Cómo se diagnostica la atiquifobia?

Los criterios para una “fobia específica” se describen en el Manual diagnóstico y estadístico, quinta edición (DSM-5). Incluso si un miedo es totalmente irracional o está “allí”, cuenta como fobia si cumple con estos requisitos:

  • Miedo o ansiedad marcados acerca de un objeto o situación específica
  • El objeto o situación fóbica casi siempre provoca miedo o ansiedad inmediata.
  • El miedo o la ansiedad no guarda proporción con el peligro real que plantea el objeto o situación específica y con el contexto sociocultural.
  • El objeto o situación fóbica se evita activamente o se soporta con miedo o ansiedad intensos.
  • El miedo, la ansiedad o la evitación causan angustia o deterioro clínicamente significativo en áreas sociales, ocupacionales u otras áreas importantes del funcionamiento.
  • El miedo, la ansiedad o la evitación son persistentes y suelen durar 6 meses o más.
  • La alteración no se explica mejor por los síntomas de otro trastorno mental, incluidos el miedo, la ansiedad y la evitación de situaciones asociadas con síntomas similares al pánico u otros síntomas incapacitantes (como en la agorafobia); objetos o situaciones relacionadas con obsesiones (como en el trastorno obsesivo-compulsivo); recordatorios de acontecimientos traumáticos (como en el trastorno de estrés postraumático); separación del hogar o de figuras de apego (como en el trastorno de ansiedad por separación); o situaciones sociales (como en el trastorno de ansiedad social).

Para recibir un diagnóstico de miedo al fracaso o cualquier otra fobia específica, será necesario acudir a un profesional de la salud mental.

Causas de la atiquifobia

Eventos traumáticos o impactantes

El miedo al fracaso puede estar relacionado con eventos o experiencias que le enseñaron a una persona que hay que temer al fracaso. Estos momentos específicos pueden ser un evento traumático que puedas identificar a tiempo. Tal vez tartamudeaste mientras leías en voz alta en clase y luego te acosaron. Tal vez uno de tus padres te castigó físicamente después de que reprobaste un examen.

O tal vez los momentos que llevaron a la atiquifobia fueron mucho más pequeños y numerosos. No es difícil imaginar que, en un sistema escolar lleno de sistemas de calificación de aprobado/reprobado o de recompensas por puntajes perfectos, uno pueda llegar a temer el fracaso.

Aprendizaje mediante la observación

Aunque la probabilidad de desarrollar fobias puede transmitirse de padres a hijos, es más probable que los expertos atribuyan la atiquifobia a la observación de alguien con atiquifobia. Tal vez usted tuvo un padre o un cuidador que temía el fracaso. Tomaron ciertas decisiones por miedo al fracaso. Los niños aprenden a través de la observación. Si un niño observa constantemente a alguien que teme al fracaso, también aprenderá a temerle al fracaso.

Indefensión aprendida

El psicólogo positivo Martin Seligman llevó a cabo un experimento fascinante con perros que muestra cómo los acontecimientos de nuestras vidas pueden hacer que temamos el fracaso o nos cierremos ante él. A los perros se les enseñó “impotencia aprendida”. En una parte del experimento, a los perros se les dio un collar de choque que no podían apagar por sí mismos. Los shocks estaban fuera de su control. Más adelante en el experimento, los perros fueron colocados en una habitación con una línea en el medio. Los perros todavía llevaban collares de choque, pero todo lo que tenían que hacer Fue cruzar la línea para apagar el collar de choque. Pero no era probable que lo hicieran porque habían aprendido que el éxito o el fracaso estaban fuera de su control. Por miedo al fracaso, los perros se quedaron quietos.

Este es un experimento poderoso y también se aplica a los humanos. Si se nos enseña que el éxito o el fracaso están completamente fuera de nuestro control, es menos probable que nos enfrentemos al fracaso. Es posible que no intentemos lograr nada en absoluto, creyendo que el resultado no se puede predecir con trabajo duro, habilidades o determinación.

Cómo tratar la atiquifobia

Comprender la atiquifobia es un gran paso para superar la atiquifobia o el malestar por el fracaso. El fracaso es inevitable, ¡y eso no es malo! Para familiarizarse con el fracaso, puede resultar útil tener conversaciones vulnerables o consumir información que tenga que ver con el fracaso.

  • Lea sobre personas famosas y exitosas que han experimentado el fracaso. (Pista: ¡todos lo han hecho! Específicamente, Michael Jordan, Thomas Edison, Abraham Lincoln y Ariana Huffington tienen historias fascinantes sobre cómo enfrentar el fracaso).
  • Hable con un padre, maestro, mentor o líder comunitario sobre el fracaso. ¿Qué consejo pueden dar? Si estas fuentes tienden a hacerle sentir más ansioso por el fracaso, busque fuentes adicionales.
  • Escribe en un diario. ¿Puedes recordar ocasiones en las que has fallado en el pasado? ¿Cuál fue la reacción de amigos, familiares o maestros? ¿Crees que esas experiencias han impactado tus sentimientos sobre el fracaso ahora?
  • Crea afirmaciones para que las repitas cuando pienses en el fracaso o te enfrentes a una nueva tarea. “Cada tarea es una oportunidad para crecer y aprender”, “Soy suficiente” o “No me definen mis errores” son excelentes puntos de partida.
  • Lea sobre la mentalidad de crecimiento. Este concepto sostiene que nadie tiene un conjunto fijo de habilidades o habilidades. Probar algo nuevo, incluso si no lo logras la primera vez, ¡es una oportunidad de crecimiento!

Terapia de conversación

Como individuo, tienes el poder de evaluar tu relación con el fracaso y dar pequeños pasos para superar tus miedos. Pero no es ninguna vergüenza acudir a un profesional de la salud mental. Existen muchos enfoques para tratar la atiquifobia y otras fobias específicas. Uno de los más comunes es la psicoterapia.

No todos los psicoterapeutas abordan el tratamiento de la misma manera. Algunos pueden utilizar un enfoque de psicoterapia, mientras que otros pueden utilizar la terapia cognitivo-conductual (TCC). Los terapeutas pueden incluso recomendar una terapia de exposición, exponiéndolo poco a poco al fracaso para que pueda ver que el fracaso no es la experiencia aterradora que su mente le dice que es.

En casos de ansiedad severa en torno al fracaso, un profesional de la salud mental puede recetar medicamentos. Esto no es necesario en todos los casos. Asegúrese de consultar con su terapeuta potencial antes de comenzar el tratamiento para explorar sus opciones y hablar sobre el enfoque personal de su terapeuta hacia la atiquifobia.

Miedos similares

  • Atazagorafobia: miedo a ser olvidado
  • Atelofobia: miedo a la imperfección
  • Distiquifobia: miedo a los accidentes
  • Pistantrofobia: miedo a confiar en otras personas.
  • Ataxofobia: miedo al desorden