Qué hacer cuando sientes que has perdido la fe

Perder la fe puede ser doloroso, pero la experiencia puede fortalecer tus convicciones y revitalizar tu vida espiritual.

Ya sea en un poder superior, en la humanidad o en ti mismo, la fe puede darle sentido a tu vida. Entonces, perder la fe puede ser una experiencia dolorosa y difícil.

Es natural y común cuestionar sus creencias de vez en cuando, ya sean religiosas, espirituales o basadas en valores. Puede cuestionar la existencia de Dios o, si no es religioso, puede preguntarse si la humanidad es realmente buena y si vale la pena luchar por sus valores.

Perder la fe es una experiencia común. Aunque este proceso puede ser confuso, es posible que te vayas con un sentido de fe más fuerte que antes. O bien, puede refinar su sistema de valores para tener una idea más clara de sus creencias.

La fe es una fuerte creencia en algo o alguien.

La mayoría de la gente asocia la fe con la religión. Las religiones a menudo animan a sus seguidores a creer en Dios o en un Poder Superior y en sus enseñanzas religiosas.

Las diferentes religiones tienen diferentes enseñanzas sobre la fe, y tu definición personal de fe puede verse influenciada por tu religión.

Si no eres religioso, puedes tener fe en:

  • humanidad
  • el universo
  • un valor, como la igualdad o la liberación
  • una idea, como una sociedad igualitaria
  • tú mismo

La fe es una creencia fuerte y duradera en algo. Cuando tienes fe en algo, tienes confianza en sus habilidades.

Es probable que su fe influya en cómo se comporta y piensa. En tiempos de problemas, una fe perdurable te dice que aguantes y creas que todo saldrá bien.

En otras palabras, te da esperanza, incluso cuando tienes pocas razones para tener esperanza.

Perder la fe puede ser difícil porque pierdes esa confianza y esperanza. Como resultado, es posible que sienta:

  • sin dirección
  • dudas sobre si has tomado las decisiones correctas en el pasado
  • tonto por creer en algo en lo que ahora no crees

Si eres religioso, tu fe probablemente afecta muchos aspectos de tu vida, desde tu comunidad y actividades diarias hasta lo que comes y vistes. Perder la fe puede significar repensar todas esas facetas de la vida, lo que puede trastornar tus relaciones, rutinas y planes de vida.

Pero perder la fe no siempre es algo malo.

Puede usarlo como una oportunidad para reconectarse con sus valores, lo que puede traer nueva vida a sus creencias espirituales. Cuestionar su religión, por ejemplo, podría ser una oportunidad para fortalecer su relación con Dios o un Poder Superior o elegir un camino espiritual que se alinee con sus creencias.

Hay muchas razones por las que podría cuestionar sus creencias o desilusionarse con la religión o la sociedad.

Podrías perder la fe después de:

  • experiencias traumáticas que te hacen dudar si tu dios es realmente benévolo
  • problemas de salud mental, como depresión o ansiedad
  • experimentar duelo y preguntarse si la vida vale la pena
  • sentirse solo y desconectado de los demás
  • cambios de vida que te hacen reevaluar tus creencias
  • experimentando un crecimiento personal significativo

En términos de religión, podrías perder la fe si:

  • te encuentras con personas de tu religión que no practican lo que predican, por así decirlo
  • es testigo o experimenta abuso o discriminación por parte de líderes religiosos
  • vuelves a evaluar tus valores y descubres que no concuerdan con tu religión
  • ciertas enseñanzas religiosas te suenan falsas

Es común experimentar dudas. Pero a veces puede pasar por un cambio de fe en el que decide activamente retirarse o cambiar su religión. Si esto sucede, trate de darse tiempo para llorar su fe anterior.

Si desea recuperar su fe, hay algunas maneras de hacerlo.

Por ejemplo:

  • Diario: Escribir un diario puede ayudarlo a procesar sus pensamientos y reconectarse con sus valores. Este estudio de 2018 encontró que escribir un diario durante 12 semanas redujo significativamente la angustia mental en adultos ansiosos
  • Oración: Si es parte de su práctica, la oración puede brindarle claridad y fortalecer su convicción.
  • Meditación: La meditación puede ayudarte a conectarte con un poder superior o contigo mismo. Además, la investigación sugiere que podría ayudarlo a estresarse menos, concentrarse más y sentirse menos solo.
  • Comunidad: Conectarse con otras personas que comparten su fe puede reavivar su fe y ayudarlo a sentirse menos solo. Como se discutió en una revisión de 2017, varios estudios han demostrado que el apoyo social cuando se atraviesan eventos estresantes puede ayudar a mejorar la salud y la calidad de vida.

También es posible que desee pensar en cuándo ha sentido una fe fuerte antes y recrear esa situación. Tal vez su fe en la humanidad se sintió fortalecida cuando se ofreció como voluntario en su refugio local, o se sintió más cerca de Dios o de un Poder Superior cuando se sentó en la naturaleza y meditó.

Si la religión o la espiritualidad ha perdido su atractivo, considere lo siguiente:

  • unirse a un nuevo grupo, como un nuevo grupo de estudio bíblico o una nueva clase de meditación
  • ir a un retiro religioso o espiritual
  • embarcarse en el autoestudio espiritual
  • asistir a seminarios o clases espirituales
  • ofrecerse como voluntario para una causa que resuena con sus valores

Si se siente desilusionado con su congregación o religión, considere hablar con un líder religioso sobre sus preocupaciones.

Si siente que su religión no está alineada con sus valores, podría intentar asistir a un servicio diferente o visitar un lugar de culto diferente, uno que esté más alineado con sus valores y creencias.

Muchas personas reconsideran su fe cuando pasan por eventos traumáticos o que les cambian la vida. Considere hablar con un profesional de la salud mental si ha experimentado un cambio importante en su vida o un trauma.

La terapia puede ayudarlo a procesar el evento y proporcionar un espacio seguro para hablar sobre la pérdida de la fe.

Ya sea que seas religioso, espiritual o ninguno, es natural tener dudas sobre tu fe de vez en cuando. Si está perdiendo su fe, es posible volver a encender su sentido de convicción.

A veces puedes sentir que has perdido tu fe para siempre. Puede perder su religión o cambiar sus creencias y prácticas espirituales. Si bien esta pérdida puede ser dolorosa, es posible superarla y prosperar.