¿Puedes sentir emociones físicamente?

A menudo pensamos en las emociones como algo no material, pero son una experiencia de cuerpo completo.

Imagina que eres un dibujante de dibujos animados que intenta transmitir la emoción de la vergüenza en tu personaje. ¿Cómo lo dibujarías? Tal vez dibujarías los ojos de tu personaje mirando hacia abajo, su rostro rojo y sonrojado, y todo su cuerpo caído.

Es difícil describir una emoción sin referirse a cómo se siente o se ve el cuerpo. Nuestros estados mentales, emocionales y físicos están estrechamente conectados entre sí y se influyen mutuamente. De hecho, están tan íntimamente ligados que son prácticamente uno y el mismo.

Esto es lo que eso significa.

Puede pensar que sus emociones no son materiales o que solo suceden en su mente, pero las emociones también son muy físicas. De hecho, existe un bucle de retroalimentación constante entre el cuerpo y la mente, conocido como conexión mente-cuerpo.

Piensa en cómo te sentiste la última vez que fuiste realmente feliz. Tal vez sentiste más energía recorriendo tu cuerpo, sentiste que tus pies eran ligeros y no pudiste evitar tener una gran sonrisa en tu rostro. Fue una experiencia de cuerpo entero.

Cada vez que experimenta una emoción, desencadena una serie de impulsos en su cerebro y cuerpo que conducen a efectos fisiológicos específicos. Entonces, ya sea que se sienta feliz, triste o enojado, experimenta cambios inmediatos en los movimientos de su cuerpo, así como en su sistema nervioso autónomo (respiración, latidos del corazón).

Las emociones activan sistemas importantes en el cuerpo para que estemos adecuadamente preparados para los desafíos ambientales.

Por ejemplo, el miedo activa tu respuesta de “lucha o huida”. Cuando tienes miedo, tu cuerpo aumenta la adrenalina y el cortisol. Es probable que te sientas tenso, lleno de energía y listo para pelear o huir.

La investigación muestra que las emociones activan los siguientes sistemas:

En un estudio de 2013, los investigadores crearon un «mapa» que revela dónde aparecen las diferentes emociones en el cuerpo.

El equipo de investigación utilizó imágenes guiadas a través de cuentos y películas para inducir diversas emociones en 701 participantes. Luego se les pidió a los participantes que colorearan un mapa corporal para representar dónde sentían que aumentaba o disminuía la actividad o las sensaciones corporales.

A pesar de ser de diferentes partes del mundo, los participantes mostraron notables similitudes en sus percepciones del cuerpo emocional.

Los investigadores encontraron que la mayoría de las emociones básicas estaban vinculadas a una mayor actividad en el área superior del pecho, lo que probablemente se corresponde con los efectos de las emociones en la respiración y la frecuencia cardíaca. Las sensaciones también se sentían comúnmente en la cabeza, probablemente reflejando expresiones faciales y actividad mental.

Emociones físicas a largo plazo

Cuando experimentamos estrés, tristeza o ansiedad a largo plazo, puede conducir a la depresión, que a su vez puede provocar cambios significativos en el cuerpo.

La depresión está comúnmente relacionada con el dolor en el cuerpo. De hecho, los dolores y molestias vagas suelen ser los síntomas más notables de la depresión.

Los síntomas corporales en la depresión pueden incluir los siguientes:

  • dolor de espalda, articulaciones o extremidades
  • problemas estomacales y digestivos
  • cansancio o fatiga
  • problemas para dormir
  • ralentización de los movimientos corporales
  • cambios en el apetito

Un artículo académico de 2004 afirmó que el vínculo entre el dolor físico y la depresión es más profundo que la causa y el efecto. Los neurotransmisores serotonina y norepinefrina influyen en el dolor y el estado de ánimo, y la desregulación de estos químicos puede provocar depresión y dolores físicos.

Además, el estrés a largo plazo puede provocar una inflamación crónica y un sistema inmunitario débil. Es más probable que se sienta agotado y se enferme con más frecuencia.

Reprimiendo tus emociones

Cuando reprime sus emociones y trata de evitar que se muestren en su cuerpo, puede provocar complicaciones de salud y afectar negativamente a quienes lo rodean.

Un estudio encontró que las personas que reprimían sus emociones tenían un 30 % más de probabilidades de morir prematuramente por todas las causas, y su riesgo de que les diagnosticaran cáncer aumentaba un 70 %.

La supresión emocional también puede causar problemas significativos en la comunicación con los demás. Un estudio encontró que cuando una persona reprimía sus emociones durante una conversación, tanto la persona como su interlocutor mostraban reacciones fisiológicas consistentes con la amenaza.

Las emociones y los síntomas físicos van de la mano. Sería muy difícil estar enojado o feliz y no tener la emoción irradiando de tu cuerpo.

Estas son algunas de las sensaciones físicas más comunes de las emociones:

  • Ansiedad. Nudo en la garganta, estómago revuelto, temblores, boca seca, sudoración, dificultad para respirar, sensación de debilidad o tensión.
  • Enojo. Cara caliente o enrojecida, puños o mandíbula apretados, temblores, movimientos corporales espasmódicos.
  • Alegría. Sensación de ligereza en tu cuerpo, corazón cálido, “mariposas” en tu estómago.
  • Tristeza. Sensación de “dolor de corazón”, pesadez en el cuerpo, opresión en el pecho, cansancio, cara caída.
  • Lástima. Cara caliente, ojos bajos, postura corporal hundida.
  • Miedo. Mareos, debilidad en las piernas, piel de gallina, respiración acelerada y frecuencia cardíaca.

También tenemos numerosos dichos que se refieren a la conexión mente-cuerpo:

  • exaltado (ira)
  • de sangre caliente (apasionado)
  • desconsolado
  • tener los pies fríos (duda o aprensión)
  • noticias que dejan caer el estomago
  • ansiedad desgarradora
  • miedo escalofriante
  • paralizado por el miedo
  • enrojecido de ira
  • nervios de acero (capacidad de mantener la calma bajo presión)
  • miedo de infarto
  • todo doblado fuera de forma (extremadamente enojado o molesto)
  • en alfileres y agujas (preocupación o anticipación)
  • enamorado locamente
  • sensación de la tripa

A veces puede ser difícil saber exactamente lo que estás sintiendo. ¿Es ira o tristeza? ¿Emoción o placer? Prestar atención a cómo se siente tu cuerpo puede ser útil. Una forma es sintonizarte con la cantidad de energía que sientes.

En 1980, el psicólogo James Russel desarrolló el Modelo Circumplejo de la Emoción, un modelo circular de emociones que tiene dos ejes: un eje es de energía alta a baja y el otro eje es de placer alto a bajo.

Emociones positivas de alta energía:

  • excitación
  • deleitar
  • asombro

Emociones positivas de baja energía:

  • placer
  • contentamiento
  • relajación
  • calma

Emociones negativas de alta energía:

Emociones negativas de baja energía:

  • depresión
  • aburrimiento
  • cansancio

Puede utilizar este modelo para obtener una visión más profunda de sus emociones. La próxima vez que experimente una emoción poderosa o confusa, trate de considerar si su emoción es positiva o negativa, si su energía es alta o baja, y en qué parte del cuerpo está experimentando sus emociones.

Este método puede enseñarle cómo utilizar un lenguaje preciso en torno a sus emociones, ayudándole a comprenderse mejor a sí mismo y comunicarse con los demás de manera más efectiva.

Tus emociones, pensamientos y cuerpo físico están estrechamente entrelazados y se influyen significativamente entre sí. De hecho, existe un ciclo de retroalimentación constante entre ellos llamado conexión mente-cuerpo.

Las emociones desencadenan varios sistemas en el cuerpo, incluidos los sistemas nervioso cardiovascular, esqueletomuscular, neuroendocrino y autónomo. Esto nos permite prepararnos para los desafíos ambientales, como escapar de una amenaza percibida.

Sintonizar cómo se siente su cuerpo de manera regular e identificar y expresar sus emociones puede ayudarlo a mantenerse mental y físicamente saludable.