Aunque los narcisistas actúan con superioridad, con derecho y jactancia, debajo de su fachada más grande que la vida se encuentra su mayor temor: Que sean ordinarios.
Para los narcisistas, la atención es como el oxígeno. Los narcisistas creen que solo las personas especiales reciben atención. Para los narcisistas, la gente común (es decir, casi todos los que los rodean) no son dignos de atención, por lo que ser ordinario los dejaría indignos de ser el centro de atención y los dejaría asfixiar. Los narcisistas también necesitan sentirse especiales y superiores a los demás. Para un narcisista, ser ordinario es lo contrario de especial. En el fondo, las personas con narcisismo son personas frágiles y asustadizas. El envejecimiento, la derrota, la enfermedad o el rechazo pueden sacudirlos hasta sus cimientos. Sam Vaknin, un narcisista confeso que escribe sobre el tema, dijo que cuando se siente insultado o privado de atención es como «ver cómo muere» o «desintegrarse en moléculas». Es por eso que los narcisistas están tan decididos a construir y proteger su imagen. Sin su imagen brillante, se preocupan de que los demás vean quiénes son en realidad, con verrugas y todo, y no quiénes desean ser o pretenden ser. Extracto de Psych Central, lea el artículo completo aquí.