Las leyes que rodean el divorcio, la disolución y la separación se han revisado y actualizado para que la separación sea más accesible.
Estas nuevas disposiciones se implementarán entre el otoño de 2021 y la primavera de 2022 a través de la Ley de Divorcio, Disolución y Separación de 2020. Este artículo explora la legislación actualizada que rige el divorcio, la disolución y la separación en Inglaterra y Gales.
Anteriormente, la Ley de Causas Matrimoniales de 1973 y la Ley de Unión Civil de 2004 rigen las leyes de separación y establecen que una persona debe demostrar que el matrimonio o unión civil se ha roto irremediablemente al basarse en los hechos que presenta ante el tribunal. Como resultado, esto impone al peticionario la carga de probar que su situación se enmarca en uno de los siguientes motivos de hecho, que incluyen adulterio, comportamiento irrazonable, deserción, separados por 2 años y ambos están de acuerdo con la separación y separados por 5 años pero no todas las partes están de acuerdo con la separación.
Las personas a menudo pueden encontrarse esperando dos años antes de separarse legalmente o recopilar evidencia fáctica que muestre el mal comportamiento de la otra parte. Este proceso a menudo es innecesario ya que las razones establecidas en la petición rara vez afectan los arreglos financieros.
El propósito de la nueva legislación es eliminar el requisito de que exista ‘culpa’ cuando las personas quieran solicitar el divorcio o la disolución de inmediato. Esencialmente permitir divorcios y disoluciones ‘sin culpa’.
Divorcio, Disolución y Separación Judicial
La legislación reduce la carga de la prueba que recae sobre el peticionario para proporcionar pruebas de que el matrimonio se ha roto al eliminar el requisito de presentar pruebas de hechos. El tribunal se apoyará en la declaración que haya hecho el peticionario expresando la avería. La Sección 1(3)(a) de la Ley de Divorcio, Disolución y Separación de 2020 establece que los tribunales deben “considerar la declaración como prueba concluyente de que el matrimonio se ha roto irremediablemente” y permitir que proceda el divorcio. Esta enmienda podría permitir que los divorcios sean más amistosos al alentar a las partes a adoptar un enfoque de colaboración.
Además, estos cambios se han aplicado a la disolución de uniones civiles y al proceso de Separación Judicial, ya que las secciones 2(2)(1) y la sección 3(1) de la Ley de Divorcio, Disolución y Separación de 2020 establecen que los tribunales deben aceptar declaraciones como prueba concluyente, eliminando el requisito de que se presenten motivos de hecho.
Bajo el proceso de Separación Judicial, si la solicitud la hace una de las partes, ellos mismos deben presentar la declaración ante el tribunal y si la solicitud es realizada por ambas partes, deben presentar una declaración ante el tribunal juntas.
Si el cónyuge o pareja de hecho del peticionario no está de acuerdo con el divorcio o la disolución, no podrá impugnar y la orden seguirá siendo otorgada por los tribunales.
Enmiendas al proceso de divorcio
Hay tres etapas dentro de un proceso de divorcio: la Petición, el Decreto Nisi y el Decreto Absoluto. La Ley de Divorcio, Disolución y Separación de 2020 elimina parte del lenguaje legal arcaico y modifica la terminología utilizada para referirse a la segunda y tercera etapa del divorcio de la siguiente manera: El ‘Decreto Nisi’ se convertirá en la ‘Orden de divorcio condicional’ y el Decreto Absoluto se convertirá en la ‘Orden de divorcio definitiva’.
La nueva legislación implementará la obligación de que las partes esperen un mínimo de veinte semanas después de que se otorgue la Orden de divorcio condicional (decreto nisi) antes de solicitar la Orden de divorcio definitiva (decreto absoluto). Este período de tiempo prolongado tiene como objetivo alentar a las partes a trabajar juntas para acordar los arreglos prácticos que rodean su separación antes de finalizar su divorcio.