El pensamiento lógico es uno de los principales rasgos que nos distinguen a los humanos de otros animales.
TLa mayoría de las personas, sin embargo, no aprovechan al máximo su capacidad de pensar, principalmente por el condicionamiento al que han tenido que someterse durante su crecimiento, lo que les ha hecho temer pensar.
Estas son las tres razones principales por las que la gente tiene miedo de pensar:
1. Pensar trae cambios
Pensar puede hacernos reconsiderar nuestra forma de vida, permitiéndonos ver las cosas desde diferentes perspectivas y ayudándonos a encontrar formas de superar los obstáculos que podríamos estar enfrentando; en resumen, puede cambiar nuestras vidas para mejor, si se usa sabiamente.
Aunque el cambio es una parte necesaria del crecimiento espiritual, muchas personas le temen, ya que están fuertemente apegadas a su pasado, o mejor dicho, a su ego, con el que se identifican. Por lo tanto, eligen no pensar para evitar que ocurra cualquier cambio, aferrándose a su ego con tanta fuerza, sin querer soltarlo, incluso si solo les trae sufrimiento.
Cuando no dejas espacio para el cambio en tu vida, solo lograrás dejar de crecer. Y aunque en la superficie te sientas seguro y a salvo al no correr riesgos y aceptar los desafíos que normalmente surgen del pensar, en realidad siempre estarás en el fondo lleno de remordimientos por no atreverte a crear una vida mejor para ti y miedo existencial, surgiendo de su apego a su ego.
2. Pensar trae dudas
Se dice que la ignorancia es felicidad, y eso es cierto, en cierto sentido. Cuanto más ignorantes somos, menos sentimos la necesidad de pensar y, por lo tanto, menos estrés sentimos para cambiar y convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos.
Muchas personas eligen permanecer ignorantes, temerosas de que pensar pueda arruinar sus vidas. Esto es particularmente cierto para las personas que se identifican con ideologías. Por ejemplo, las personas que están adoctrinadas por la religión temen pensar porque podría llevarlos a cuestionar y dudar de sus sistemas de creencias religiosas. Temerosos de que al hacerlo puedan ser juzgados y posiblemente enviados al infierno, evitan el pensamiento crítico.
Además, pensar puede hacerte consciente de los problemas que existen actualmente en tu vida, instándote a encontrar las soluciones a los mismos, lo que a veces puede ser emocionalmente doloroso. Es por eso que muchas personas, temerosas de enfrentar sus problemas y no dispuestas a pasar por el doloroso proceso necesario para deshacerse de ellos, encuentran todo tipo de formas para distraerse del pensamiento, prefiriendo la ignorancia al conocimiento y la vida consciente.
3. Pensar trae responsabilidad
La libertad y la responsabilidad siempre van de la mano, pero parece que la gente odia la responsabilidad y, por lo tanto, no abraza la libertad.
Desde una edad temprana, la mayoría de las personas han aprendido a poner toda la responsabilidad sobre los hombros de los demás, siempre culpando a las personas y a las situaciones por la vida que están viviendo, sin nunca criticarse a sí mismos, porque criticarse a uno mismo significa aceptar la responsabilidad, y esto a veces puede ser un gran problema. carga.
¿Y cuál es la mejor manera de evitar la responsabilidad? No pienses y deja que los demás piensen por ti. No necesita cansarse ni estresarse: alguien más hará el trabajo sucio por usted. Por eso hemos optado por dar poder a los políticos y todo tipo de líderes, creyendo que un salvador vendrá a librarnos de todo lo que nos impide vivir la buena vida.
La verdad, sin embargo, es que ningún cambio puede tener lugar a menos que primero cambiemos nosotros mismos, comenzando a pensar por nosotros mismos, ser responsables de nuestras vidas y tomar medidas conscientes para crear la vida mejor que deseamos experimentar.