Tenía 20 años cuando mi abuela me dijo: “Tu abuelo renunció a sus ganas de vivir cuando ya no pudo tener relaciones sexuales”. Mi abuelo acababa de morir de cáncer de próstata. Tenía unos 70 años.
Siempre recordaré el momento en que me arrojó esa bomba. Estábamos sentados en la mesa de su cocina tomando un café. Era una mañana brillante y soleada en Florida. Los colibríes estaban ocupados con sus flores en el jardín. Y mi abuela me acaba de decir que los viejos tienen sexo.
Mis abuelos se besaron, pero ni una sola vez pensé que todavía estaban teniendo relaciones sexuales. ¿No dejas de hacer eso a cierta edad? De todos modos, eso es lo que pensaba mi yo engreído e ignorante de 20 años.
Cuando tienes 20 años, no crees que alguna vez serás viejo. Los viejos nunca fueron jóvenes como tú, son una especie completamente diferente. Por lo que se puede ver, siempre han sido viejos. Y cuando tienes 20 años, no quieres pensar en personas mayores teniendo relaciones sexuales. Bruto. Todas esas arrugas y esa piel flácida. Y pelo gris. Imaginar esos cuerpos entrelazados era demasiado para un joven de 20 años.
Crecí en los años 60 (Woodstock, el verano del amor), pero en la televisión las parejas casadas dormían en camas gemelas. Era demasiado joven para participar del amor libre pero era como una esponja. Decir que recibí mensajes contradictorios sería quedarse corto.
Me parecía que el sexo era para jóvenes y luego cuando uno se hace mayor duerme en camas separadas para que sus cuerpos no se toquen. Si bien mis abuelos no dormían en camas separadas, nunca se me ocurrió que estuvieran haciendo otra cosa que dormir allí.
Esta información que mi abuela compartió tan casualmente conmigo se mantuvo en un lugar secreto durante mucho tiempo. Lo saqué de vez en cuando para examinarlo a la luz de mi propio envejecimiento. A medida que crecí y comencé a ver que la juventud no tenía un control exclusivo sobre la sexualidad, aprendí a estar agradecida a mi abuela por revelarme esta intimidad. Si ella todavía tenía relaciones sexuales a los 70 años, entonces había esperanza para mí de poder seguir disfrutándolo también en…