El catastrofismo destruyó mi última relación

4 pasos para solucionar esta distorsión cognitiva común.

Algunas personas lo llaman “hacer una montaña a partir de un grano de arena”.

Los psicólogos lo llaman «catastrófico».

Lo describo como inventar innecesariamente el peor de los casos y luego agonizante sobre la posibilidad de que se haga realidad.

La catastrofización ocurre cuando experimentas un problema o desafío y predices que se convertirá en un desastre. Asumes irracionalmente que sucederá lo peor y es posible que empieces a sentirte desesperado, ansioso o deprimido.

Si bien la catastrofización es una distorsión cognitiva relativamente común y muchas personas la experimentan en distintos momentos, tiene el potencial de ser perjudicial si no se sabe cómo manejarla.

Estaba sentado en el salón viendo la televisión. Mi novio (en ese momento) estaba en otra habitación, jugando un juego de computadora. Por un momento, me di cuenta de que me sentía solo. Desconectado. La experiencia se estaba volviendo demasiado familiar: pasar tiempo sola y extrañar la cercanía que solíamos tener.

¿Quizás no fue solo un sentimiento temporal de soledad sino una instantánea de todo nuestro futuro? Yo, viendo televisión sola, bebiendo vino tinto y quedándome dormida en el sofá mientras mi novio pasaba su tiempo en un mundo completamente diferente.

Empecé a pensar que nuestra relación estaba condenada a una vida de aburrimiento y rutina.

No no no. Eso no era lo que quería. Quería aventuras, risas y conversaciones. Pero no podía imaginarme a mi novio entrando en esa fase conmigo.

Esos pensamientos negativos siguieron acumulándose unos sobre otros y, finalmente, terminé la relación. Hubo más problemas que la simple catástrofe, pero jugó un papel importante.

Avancemos unos meses en mi próxima relación y ¿adivinen qué? Me estaba dejando caer en la misma vieja trampa. Predecir lo peor, sentirse ansioso por todo lo que significara problemas potenciales y analizar en exceso los sentimientos “negativos”.

Me di cuenta de que el problema probablemente no era la relación, sino mi hábito de catastrofizar. En lugar de ver los problemas menores como temporales…