El arma del miedo: cómo usan el miedo para manipularte

“El que haya superado sus miedos será verdaderamente libre”. ~ Aristóteles

Desde que nacimos, la sociedad nos ha impuesto qué hacer, qué pensar y qué sentir, y nos ha condicionado a creer que si no seguimos sus reglas nos vamos a meter en serios problemas. .

Los padres nos enseñaron a comportarnos de ciertas maneras. Si lo hiciéramos, nos recompensarían, y si no, nos castigarían. Naturalmente, todo niño obedece a sus padres, porque el niño depende de los padres; es una cuestión de supervivencia, especialmente en sus primeros años.

En la escuela nos enseñaron a pensar de cierta manera. ellos nos enseñaron qué pensar, pero no cómo para desarrollar nuestro pensamiento. Y a todos se les enseñó lo mismo. Si pensáramos de manera diferente a nuestros compañeros de clase, los maestros nos dirían que somos malos estudiantes. Nos darían malas notas y hasta podrían expulsarnos de la escuela. Por lo tanto, como estudiantes aprendimos a comprometer nuestro pensamiento para salirnos con la nuestra.

La religión nos enseñó a seguir cualquier cosa menos nuestra voz interior: escrituras, sacerdotes, dios. Nos enseñó a tener fe en los demás, pero no a tener fe en nosotros mismos. La religión nos enseñó que, si hacíamos ciertas cosas, seríamos recompensados ​​con la dicha del cielo, pero si no lo hiciéramos, seríamos castigados en el infierno. ¿Y quién en su sano juicio desearía ser castigado en el infierno? ¿Y quién no querría experimentar el cielo? No es de extrañar que mantuviéramos la religión con absoluta fe.

Los padres, la escuela y la religión usaron una y la misma cosa para obligarnos a hacer lo que ellos querían que hiciéramos: miedo. Si quieres manipular a alguien, primero haz que tenga miedo. Una vez que tenga miedo, estará listo para aceptar las sugerencias que le ofrezca.

Esta táctica se utiliza continuamente en nuestra vida cotidiana, pero no somos conscientes de ello. Echa un vistazo claro a tu alrededor y verás lo que quiero decir. Los políticos están siendo elegidos persuadiendo a las masas mediante el uso del miedo. Las empresas están vendiendo sus productos manipulando las inseguridades de los consumidores en la publicidad. Los periodistas influyen en la opinión pública aterrorizando la mente de las personas. Y estos son solo algunos ejemplos.

El miedo es la mejor arma de todos los grandes manipuladores. Puede mover a la gente a hacer cualquier cosa, sin importar lo absurdo que sea.

“No se puede confiar en que un hombre, una multitud o una nación actúen con humanidad o piensen con cordura bajo la influencia de un gran temor”. ~Bertran Russell

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