Cuatro formas de belleza interior que vuelven embriagadora a la mujer

Cuando era más joven, me vendieron la mentira de que tenía que salir con la mujer más hermosa que pudiera encontrar. Era una trampa terrible y una señal superficial de inmadurez.

Ni siquiera era lo que quería. Me sentí miserable.

Claro, la atracción importa. El amor no es ciego. Sin embargo, pasa suficiente tiempo con alguien y te darás cuenta de que las apariencias son sólo un aperitivo, un marco pequeño e inestable en la arquitectura de la felicidad. Incluso un diamante perfecto se romperá si hay mala química.

La belleza exterior es simple. Lo ves. Usted lo consigue. La belleza interior tiene muchos matices y colores. Tienes que explorar para encontrarlos. Pero al descubrirlos, son tuyos. No se desvanecen. Puedes saborearlos para siempre.

Mi viaje de 37 años ha revelado algunos rasgos inesperados en una mujer de los que no me canso.

Salí con una chica de teatro cuando tenía poco más de 20 años. Cuando nos juntamos por primera vez, ella me tomó un poco por sorpresa.

  • Ella resopló cuando se rió.
  • Era una bailarina absolutamente mala.
  • Hacía chistes verdes sin vergüenza.
  • Usó voces extrañas mientras contaba una historia.
  • Tenía estos hábitos masculinos que no ocultaba.

Fue increíblemente atractivo.

Cuando una mujer tiene confianza en quién es y no tiene miedo de dejar que su extraño salga, refleja una honestidad subyacente. Anuncia: «Esto es lo que soy».

Esta chica de teatro no tenía aspecto de modelo, pero no me cansaba de ella. La atracción fue voraz.

También hay algo atractivo en una mujer que viaja mucho. Estaba encuestando a un grupo de chicos y obtuvimos este extraño veredicto unánime de que nos gustaba la torpeza.

No lo entiendo. Mi teoría es que apela a nuestro deseo interno de proteger.

Todo lo que sé es que, cuando veo a una mujer tropezar y caer, pienso: “Oye, ahora. ¿Quién es esta señora?

Bromas. Algo así como.