¿Qué es el cielo? ¿Qué es el infierno? La parábola de las Cucharas Largas explica muy bien lo que verdaderamente son el cielo y el infierno.
Un día un hombre le dijo a Dios: “Dios, me gustaría saber cómo son el Cielo y el Infierno”.
Dios le mostró al hombre dos puertas. Dentro del primero, en el medio de la habitación, había una gran mesa redonda con una gran olla de estofado de verduras. Olía delicioso e hizo agua la boca del hombre, pero las personas sentadas alrededor de la mesa eran delgadas y enfermizas. Parecían estar hambrientos. Sostenían cucharas con mangos muy largos y a cada uno le fue posible meter la mano en la olla de estofado y tomar una cucharada, pero como el mango era más largo que sus brazos, no podían volver a meterse las cucharas en la boca.
El hombre se estremeció al ver su miseria y sufrimiento. Dios dijo: “Has visto el infierno”.
Detrás de la segunda puerta, la habitación parecía exactamente igual. Allí estaba la gran mesa redonda con la gran olla de maravilloso estofado de verduras que hizo agua la boca del hombre. La gente tenía las mismas cucharas de mango largo, pero estaban bien alimentados y regordetes, riendo y hablando.
El hombre dijo: “No entiendo”.
Dios sonrió. Es simple, dijo, el amor solo requiere una habilidad. Estas personas aprendieron pronto a compartir y alimentarse unos a otros. Mientras que los codiciosos solo piensan en sí mismos…
A veces, pensando únicamente en nuestra gratificación personal, tendemos a olvidar nuestra interdependencia con todos y todo lo que nos rodea, tanto que dejamos de preocuparnos por ellos.
Pero, como deja en claro esta parábola, al hacerlo no solo no ayudamos a otros a superar su sufrimiento, sino que también nos estamos dañando inconscientemente a nosotros mismos, ya que todos estamos conectados en un nivel muy profundo.
Crédito de la historia: no se sabe con certeza quién la escribió, pero a menudo se atribuye al rabino Haim de Romshishok.