El amor propio no tiene por qué ser complicado.
Crecí con padres escépticos sobre la salud mental. Eran la generación de “sólo ponte los calcetines” y eso me contagió.
De hecho, no fue hasta que fui sorprendido por el trastorno obsesivo-compulsivo en las relaciones cuando tenía 30 años que me di cuenta de que siempre había sufrido de ansiedad crónica: meses enteros en un momento en el que me consumía el miedo y la reflexión excesiva.
Me preocupo por las amistades, las relaciones, la salud y el trabajo o me pierdo reviviendo traumas pasados. Cuando las cosas se ponen realmente mal, es difícil levantarse de la cama.
En los últimos años, me he dado cuenta de que puedo elevarme un poco en estos días oscuros, e incluso a veces darles la vuelta, haciendo algunos cambios dolorosamente simples. Ha cambiado mi vida y espero que te ayude a ti también.
1. Lograr algo pequeño
Por mucho que creas que te ayudará a sentirte mejor, cuando estás deprimido, poner la mira demasiado alta es peligroso. Si no completas todo lo que está en tu épica lista de tareas pendientes, solo te sentirás como un fracaso.
Empieza con algo pequeño y no te preocupes por hacerlo “perfectamente”. Si estás tan deprimido que apenas puedes funcionar, simplemente intenta levantarte de la cama y arreglar las sábanas. Esta pequeña acción debería darte un pequeño impulso y es posible que luego te apetezca hacer algo más agotador, como lavar la ropa o responder correos electrónicos.
La clave es tomar el día en pequeños incrementos y saber que lo ha hecho bien sólo por hacer una pequeña cosa; cualquier otra cosa es una ventaja.
2. Céntrate en el placer
A veces saboteamos nuestro día porque en el fondo no creemos que seamos dignos de la felicidad. Tómese un momento para sentarse al sol, permítase una comida nutritiva, tome un baño caliente, cualquier cosa que le resulte reconfortante al alma.
Es probable que el momento en sí sea tranquilizador, pero lo que es aún más importante es el mensaje que te estás enviando a ti mismo: vale la pena cuidar de ti. Tenga en cuenta que lo que haga debe ser nutritivo, no adormecedor (ver punto 5).