Aparecer. Se consistente. Bajo promesa y entregar más.

Tengo cuidado de no hacer afirmaciones demasiado audaces, pero en mis 45 años en la tierra creo que he descubierto al menos parte de lo que hace que una relación sea feliz. Debo añadir que una gran parte de ese aprendizaje se produjo como resultado del fracaso.

La fórmula del éxito parece ser:

Aparecer.

Se consistente.

Bajo promesa y entregar más.

Parece demasiado simple, pero eso no lo hace fácil. Estoy seguro de que puedes pensar en relaciones propias, tanto personales como profesionales, que hayan fracasado porque faltaron una o más de ellas. Sé que puedo.

Las diferentes relaciones conllevan otros requisitos: una relación romántica con su amante traerá exigencias diferentes a las de ser padre de sus hijos o empleado de su jefe.

Sin duda, muchas otras cosas también influyen. Pero al igual que construir una casa, se necesitan cimientos sólidos para que el resto pueda resistir el paso del tiempo.

He aquí cómo y por qué cada uno parece tan importante.

Gran parte de la vida consiste en adquirir nuevos roles a través de las decisiones que tomamos y las acciones que llevamos a cabo a lo largo de los años.

Soy gerente porque la gente en el trabajo depende de mí. Tengo hijos, lo que me convierte en padre y marido ya que estoy casado.

Pero cada uno de estos roles sólo se valida haciendo realmente lo que le valió la etiqueta en primer lugar. Cada función exige que nos presentemos y trabajemos a diario. ¡Solo puedo decir que soy escritor si realmente voy a escribir cosas!

La gestión de personas no se logra simplemente ejerciendo autoridad, obteniendo rangos y completando a medias una revisión anual de desempeño. Se trata de tratar a los demás con dignidad y respeto, brindándoles el apoyo y el empoderamiento para crecer y prosperar. Se trata de permitir el equilibrio en sus vidas y obtener a cambio su mejor trabajo.

Esperaríamos lo mismo de nuestro jefe que nos dirige, y es justo que asumamos el papel de aquellos a quienes dirigimos con igual rigor y vigor.