Por los amigos que nos hacen sentir seguros

Gracias por tomarnos de la mano y darnos un abrazo que llega a lo más profundo de nuestro corazón.

Por los amigos que nos hacen sentir seguros.

Cuando están cerca, sabemos que estamos libres de peligro, de dolor y de daño. Nos sentimos claros y tranquilos, porque estos amigos son el tipo de humanos que se mueven por este mundo con sinceridad, gentileza y una aguda conciencia de quienes los rodean.

Gracias por tomarnos de la mano y darnos un abrazo que llega a lo más profundo de nuestro corazón.

Gracias por ver nuestros límites y respetarlos.

Gracias también por saber cuándo difuminar las líneas que hemos dibujado.

Los amigos que nos hacen sentir seguros saben cuándo hacernos preguntas y también saben cuándo guardar silencio. Es un baile perfecto que conocen muy dentro de sus huesos.

Es memoria muscular.

Es precisión.

Es hermoso.

Brindemos por los amigos que nos hacen sentir seguros: seguros dentro de nuestros propios cuerpos y seguros dentro de nuestros propios espíritus.

Gracias a estos amigos, nos sentimos seguros de hablar.

Gracias a estos amigos, hablamos con honestidad.

Gracias a estos amigos, no dudamos en decir lo que pensamos y revelar nuestros secretos.

Ya no dudamos en dar una voz y un nombre a nuestros miedos, nuestras esperanzas, nuestros sueños y nuestra verdad, porque sabemos que los amigos que nos apoyan estarán allí para tomarnos de la mano si así lo decidimos.

Gracias a esa comprensión, nos sentimos seguros para hablar.

Gracias a esa comprensión, vivimos nuestra verdad.

Gracias a ese grito ahogado, sabemos que el amor y la seguridad están entrelazados.

Brindemos por los amigos que no rehuyen hacer preguntas, porque saben cómo formularlas de una manera que hace que toda simulación, juicio y preocupación se desvanezcan, y al hacerlo, nos sentimos cómodos ahí parados en nuestra vulnerabilidad desnuda. , también.

Cuando eres el tipo de amigo que hace que los demás se sientan seguros al decir lo que piensan, te conviertes en un ancla en este mundo.

Eres la calma en medio de la tormenta y eres la luz del sol que irrumpe entre las nubes.

Eres la encarnación viva de lo que significa la paz.

A los amigos que tranquilizan las almas, gracias.

A los amigos que ven fuerza, belleza y esperanza en los demás, incluso cuando ellos mismos no pueden verlo, gracias.

A los amigos que exigen lo mejor de los demás y también les dan lo mejor a los demás, gracias.

A los amigos que hacen que quienes los rodean se sientan seguros en el cuerpo, el espíritu y el corazón, gracias.