Parálisis cerebral y trastorno del espectro autista

Cuando el autismo se encuentra junto con (o tiene comorbilidad) otro trastorno, el diagnóstico y el tratamiento pueden resultar complicados. Un ejemplo es la parálisis cerebral y el trastorno del espectro autista, donde la gravedad y los síntomas tienden a presentarse de manera diferente en cada individuo.

Las tasas de autismo entre niños con parálisis cerebral son elevadas en comparación con la prevalencia en la población general. Incluso los médicos admiten que el diagnóstico dual de parálisis cerebral y trastorno del espectro autista presenta desafíos, por lo que no es de extrañar que los padres tengan preguntas cuando los síntomas de ambas afecciones están presentes en su hijo.

Observancia de posibles condiciones concurrentes.

Muchos estudios (Bjorgaas et al., 2014) mencionan la importancia de prestar atención a los síntomas del autismo en niños con parálisis cerebral. El diagnóstico oportuno del autismo en un niño con parálisis cerebral puede conducir a una intervención temprana que podría influir positivamente en la trayectoria de desarrollo y el funcionamiento social del niño.

La parálisis cerebral y el autismo suelen diagnosticarse aproximadamente a la misma edad en niños pequeños. Desafortunadamente, el hecho de que estas afecciones separadas compartan síntomas hace posible un diagnóstico erróneo. Algunos sienten que la amplia cobertura mediática del autismo puede distorsionar el diagnóstico de los médicos, mientras que otros sienten que razones más siniestras, como la responsabilidad en un reclamo por negligencia médica, podría llevar a que un profesional médico diagnostique autismo en lugar de parálisis cerebral.

En este artículo, examinaré la incidencia y prevalencia de la parálisis cerebral y el autismo concurrentes en niños. También analizaré algunos de los problemas que complican el diagnóstico y la terapia, ya que las pruebas estándar para el autismo pueden no ser apropiadas para niños con problemas de control muscular y función motora.

Comorbilidad del trastorno del espectro autista y parálisis cerebral en niños

Los hallazgos de un estudio (Christensen et al., 2014) sugieren que el 6,9% de los niños con parálisis cerebral tienen autismo concurrente. Por lo tanto, la tasa de prevalencia del autismo en la población general es más baja, del 1,9%, según los CDC. Datos y estadísticas sobre el trastorno del espectro autista.

Una revisión sistemática (Craig et al., 2019) investigó la prevalencia de comorbilidad entre parálisis cerebral, trastornos del espectro autista y trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). La revisión confirmó que el TDAH y el autismo ocurren con mayor frecuencia en personas con parálisis cerebral en comparación con la población general.

Síntomas superpuestos

Si bien el autismo y la parálisis cerebral son trastornos completamente separados con características diferentes, existen síntomas que se superponen, estos incluyen:

  • Retraso en la primera palabra, deterioro del lenguaje y/o dificultades para hablar.
  • Movimientos incómodos, anormales o repetitivos.
  • Caminar de forma atípica.
  • Síntomas sensoriales (los trastornos del procesamiento sensorial son comunes en niños autistas y niños con parálisis cerebral)

Al diagnosticar autismo concurrente en un niño con parálisis cerebral, es posible que los especialistas necesiten discernir entre conductas y síntomas debidos a la parálisis cerebral y al autismo: por ejemplo, movimientos retorcidos y espasmódicos debido a la falta de control muscular o al funcionamiento motor deteriorado (que pueden ser síntomas de un subtipo de parálisis cerebral) versus movimientos restringidos y repetitivos característicos del trastorno del espectro autista.

Del mismo modo, los déficits de comunicación también deben evaluarse con cuidado: el autismo afecta la comunicación y la interacción social, mientras que la parálisis cerebral puede afectar los músculos implicados en el habla. Además, ambas condiciones pueden ser comórbidas con discapacidad intelectual y dificultades sensoriales que también podrían afectar el habla y el lenguaje.

Dificultades con el diagnóstico dual de TEA y parálisis cerebral

El estudio mencionado anteriormente (Craig et al., 2019) encontró que el estándar de oro de las metodologías para diagnosticar el autismo y el TDAH no era adecuado para niños con problemas motores. Los investigadores concluyeron que se necesitan futuros estudios psicométricos para promover el desarrollo de medidas adecuadas para las personas con parálisis cerebral.

Los cuestionarios completados por los padres se utilizan comúnmente para detectar autismo, pero a veces las preguntas relacionadas con el comportamiento pueden no ser apropiadas para un niño con deterioro de la función motora. Las evaluaciones basadas en el juego pueden implicar la manipulación de juguetes, lo que tampoco es un método de prueba apropiado para muchos tipos de parálisis cerebral.

Por lo tanto, un diagnóstico preciso puede depender de especialistas que estén familiarizados con ambas afecciones, aquellos que sean conscientes de las complejidades de la presentación del autismo cuando el funcionamiento motor puede verse comprometido. Al examinar las características principales y los síntomas comunes de la parálisis cerebral y el autismo, se hacen evidentes las diferencias y similitudes.

¿Qué es el trastorno del espectro autista (TEA)?

Los médicos y pediatras diagnostican el autismo a una edad cada vez más temprana. Cuando los padres notan síntomas como comportamiento repetitivo/restringido, retraimiento social, falta de contacto visual y hablar tarde, pueden preocuparse por el autismo y solicitar una consulta médica.

El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (5ª ed.; DSM–5; Asociación Estadounidense de Psiquiatría, 2013) los médicos suelen utilizarlo para la clasificación y el diagnóstico de afecciones cognitivas. La última edición del manual consolidó categorías anteriores como el síndrome de Asperger, el trastorno generalizado del desarrollo y otras en un término general: trastorno del espectro autista (TEA).

Los criterios del DSM-5 para un diagnóstico de autismo se organizan en dos áreas centrales de déficit:

  • Dificultades persistentes con la comunicación social o la interacción social.
  • Intereses o comportamientos restringidos, repetitivos y/o sensoriales.

El DSM-5 enumera todos los síntomas y el número de ellos que deben estar presentes para un diagnóstico de autismo. Los síntomas deben causar dificultades significativas en áreas importantes de la vida del niño, y dichos síntomas deben estar presentes desde las primeras etapas de la vida del niño, incluso si la manifestación solo ocurre en una etapa posterior (Asociación Estadounidense de Psiquiatría, 2013). Para ejemplos de estos síntomas y criterios de diagnóstico completos, se debe consultar el DSM-5. A un niño sólo se le diagnosticará autismo si los síntomas no se explican mejor por otra afección.

Un niño diagnosticado con parálisis cerebral también puede carecer de habilidades sociales o puede tener dificultades con las interacciones sociales y la comunicación; esto puede deberse a síntomas asociados con el trastorno, particularmente porque los niños con parálisis cerebral a menudo tienen problemas para controlar los músculos de la cara y garganta. Alternativamente, el niño puede tener un diagnóstico dual de autismo y parálisis cerebral que explica déficits en habilidades sociales o déficits de comunicación.

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¿Qué es la parálisis cerebral?

La parálisis cerebral es un término general que incluye muchos síntomas diversos basados ​​principalmente en la función motora y el deterioro de la postura que ocurre en la primera infancia. Una definición de parálisis cerebral, desarrollada por un grupo internacional de expertos (Christine et al., 2007) se resumió de la siguiente manera: “La parálisis cerebral es un grupo de trastornos permanentes, pero no inmutables, del movimiento y/o la postura y de la función motora. , que se deben a una interferencia, lesión o anomalía no progresiva del cerebro en desarrollo/inmaduro”.

Hay cinco tipos principales de parálisis cerebral:

  1. Espástico (el tipo más común)
  2. atáxico
  3. hipotónico
  4. atetoide
  5. Mezclado

Un mito generalizado nos dice que la parálisis cerebral es causada únicamente por una falta de oxígeno al nacer o por una lesión grave al nacer. Un pequeño porcentaje de casos puede atribuirse a complicaciones en el nacimiento, pero en muchos otros niños con parálisis cerebral se desconoce la causa.

Se han identificado factores de riesgo que incluyen: una infección materna grave durante el embarazo, medicamentos maternos utilizados durante el embarazo, trastorno de la tiroides materna durante el embarazo, parto prematuro, bajo peso al nacer, trastornos congénitos y otros factores relacionados.

Como se mencionó anteriormente, la parálisis cerebral se presenta de manera diferente en cada individuo y difiere según el tipo (de parálisis cerebral) y la gravedad. Los síntomas comunes incluyen:

  • En los bebés, el tono muscular bajo y el control muscular deficiente pueden provocar dificultad para sostener la cabeza, posturas inusuales y dificultades para tragar o alimentarse.
  • En los niños pequeños, es posible que no se alcancen hitos del desarrollo como caminar y hablar debido a un desarrollo motor lento o deteriorado.

La parálisis cerebral no es una enfermedad, sino que el término se refiere a una combinación de síntomas. Existe un amplio espectro de gravedad; Algunos niños pueden moverse o pararse con la ayuda de un aparato ortopédico o un andador, mientras que otros no pueden caminar. Las habilidades de comunicación y aprendizaje también varían en los niños con parálisis cerebral. Determinar si los déficits de comunicación y las conductas repetitivas se deben a la parálisis cerebral o a una condición comórbida como el autismo es un desafío que requiere pruebas mejores y más apropiadas.

Al igual que ocurre con el autismo, los síntomas de la parálisis cerebral pueden variar significativamente. Un artículo (Shevell, 2018) presenta un caso convincente para reemplazar el término parálisis cerebral por trastorno del espectro de la parálisis cerebral. El autor considera que la naturaleza heterogénea de la parálisis cerebral es evidente; Se hace mención del caso análogo del autismo, una condición cuyo nombre pasó a incluir la palabra «espectro».

Identificar el autismo en un niño con parálisis cerebral

Dado que los síntomas superpuestos y las dificultades de comunicación complican el diagnóstico, ¿cómo se supone que los padres deben saber si su hijo con parálisis cerebral tiene autismo comórbido? El problema de diagnosticar el autismo en un niño con parálisis cerebral incluye la metodología de las pruebas y otros factores como la heterogeneidad de los síntomas asociados tanto con la parálisis cerebral como con el autismo.

Los médicos suelen utilizar ayudas como juguetes y métodos basados ​​en el juego al diagnosticar el autismo. Para niños con problemas de función motora, puede que no sea posible manipular los juguetes. Otro ejemplo es el énfasis de la mirada atípica como indicador de autismo: un niño pequeño con parálisis cerebral puede tener dificultades para levantar la cabeza, por lo tanto, el contacto visual atípico puede no ser un síntoma de autismo sino más bien una manifestación de un control muscular deficiente.

Algunos sienten que los niños con parálisis cerebral se ven decepcionados por estándares de evaluación que no toman en consideración sus limitaciones. Otros hablan de la larga batalla para que a su hijo le diagnostiquen parálisis cerebral, una batalla que a menudo deja a los padres demasiado cansados ​​para buscar un diagnóstico adicional de posibles afecciones concurrentes.

No hay una prueba única y definitiva disponible

El autismo y la parálisis cerebral son afecciones que no se pueden identificar con una prueba definitiva. Esto significa que los padres deben insistir en que se realicen todas las pruebas disponibles (resonancias magnéticas, análisis de sangre, evaluaciones y valoraciones). Idealmente, un equipo multidisciplinario debería ayudar a garantizar que un niño sea diagnosticado con precisión y que reciba un tratamiento temprano, eficaz y adecuado. Este equipo podría incluir especialistas en desarrollo conductual, neurólogos, pediatras y también fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales y del habla.

Un equipo capacitado puede ayudar a un niño cuando las pruebas estandarizadas fallan. Al evaluar los signos y síntomas del autismo en niños con parálisis cerebral, un especialista con conocimientos tendrá en cuenta el deterioro de sus habilidades motoras. Pueden buscar signos como: insistencia en la uniformidad, falta de atención conjunta, intereses restringidos y estimulación.

La terapia para enfermedades concurrentes en un niño con parálisis cerebral puede tener un efecto significativo en su calidad de vida. Los padres pueden (comprensiblemente) dudar en aceptar otro diagnóstico de desarrollo neurológico para su hijo con parálisis cerebral, pero…