Eficacia del tratamiento con secretina para el autismo

Los descubrimientos sobre el tratamiento biológico de los síntomas del autismo están aumentando y son temas candentes para los padres que buscan soluciones para ayudar a sus hijos. Un área que los científicos han estado investigando durante algunos años con éxito limitado es la secretina como tratamiento para los síntomas de los trastornos del espectro autista (TEA).

El primer estudio sobre el uso de la secretina para los síntomas del autismo se llevó a cabo en 1998 y, desde entonces, muchos científicos lo han investigado con la esperanza de que la hormona pudiera ser beneficiosa para los niños autistas.

Este artículo recurre a la investigación para descubrir si la secretina realmente puede usarse como tratamiento para algunos de los síntomas desafiantes asociados con el autismo.

Una breve descripción del trastorno del espectro autista

Para comprender el posible uso de la secretina para los síntomas del autismo, primero es útil obtener una comprensión general del trastorno del espectro autista (TEA).

El autismo es una condición con varios rasgos característicos, que incluyen dificultades con las habilidades sociales y del lenguaje, dificultades con las interacciones sociales, comportamientos repetitivos y restrictivos, dificultad para comprender las señales sociales y, para muchos, desafíos sensoriales. Los trastornos autistas incluyen el trastorno generalizado del desarrollo (PDD), el síndrome de Asperger y otros.

Cada niño con autismo es diferente con un conjunto único de síntomas y no se ha establecido una causa o razón única detrás del autismo. Debido a esto, expertos en biología, fisiología, neurología y genética participan activamente en investigaciones para, con suerte, encontrar respuestas que ayuden con las experiencias cotidianas de las personas autistas y sus familias.

¿Qué es la secretina?

La secretina es una hormona gastrointestinal (hormona GI) que se consideró por primera vez en 1998 como un tratamiento potencial para los síntomas del autismo.

En definitiva, las hormonas gastrointestinales son mensajeros químicos que regulan la función fisiológica de órganos como el intestino y el páncreas. Además, las hormonas gastrointestinales también regulan la secreción, la motilidad intestinal, la absorción y la digestión.

La secretina tiene esencialmente tres funciones principales: a saber, la regulación del ácido gástrico, la regulación del bicarbonato pancreático y la osmorregulación en el duodeno (la parte del intestino delgado que conecta el estómago) (DiGregorio y Sharma, 2021). Analicemos esto más:

Regulación de la secreción de ácido gástrico y bicarbonato pancreático.

Esta función es el papel más crítico de la secretina. El ácido gástrico estimula la liberación de secretina que permite la motilidad en la luz del duodeno. A su vez, la secretina provoca una mayor secreción de líquido pancreático rico en bicarbonato. Este proceso luego neutraliza los H+ gástricos (desempeña un papel en la digestión de las grasas al crear un ambiente de pH neutro). Los ácidos grasos del duodeno también regulan la secreción de secretina.

Osmorregulación

Mantener un equilibrio hídrico estable (homeostasis) ayuda a garantizar que se regule el equilibrio entre la ingesta y la excreción de agua del cuerpo. Esto se conoce como osmorregulación y este proceso es fundamental para mantener el equilibrio electrolítico de un organismo.

Saltándonos la complicada razón por la que la secretina desempeña un papel en la osmorregulación, todo lo que realmente debemos recordar es que cuando los receptores de la célula detectan una osmolalidad elevada (concentración osmótica), se libera secretina. Esto provoca la liberación de vasopresina (regula la capacidad del líquido alrededor de la célula para hacer que la célula gane o pierda agua (tonicidad) en el hipotálamo.

La investigación sobre la secretina también muestra que desempeña un papel en la regulación del crecimiento de la mucosa gastrointestinal (Rao, et.al., 2010). La mucosa se refiere al revestimiento interno del tracto intestinal y mantiene los microbios en la luz intestinal. La secretina desempeña un papel en el mantenimiento del crecimiento de la mucosa gastrointestinal.

El papel de la secreción es excepcionalmente amplio. La secretina se puede encontrar en forma sintética o en forma porcina (la secretina porcina se usa más comúnmente en niños autistas). La secretina sintética se desarrolla en el laboratorio, mientras que la secretina porcina es la versión natural.



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¿Qué es el tratamiento con secretina para el autismo?

Muchos creen que existe un vínculo entre el trastorno del espectro autista y los trastornos gastrointestinales y las dificultades intestinales. Se ha demostrado que muchos niños en el espectro tienen problemas para comer y parecen responder mejor a una dieta antiinflamatoria.

En 1998, la eficacia de la secretina como tratamiento para el autismo se destacó por primera vez en estudios (Arehart-Treichel, 2002 y Williams, et al. 2012). Los estudios de ese momento encontraron que los niños que tenían trastornos gastrointestinales, así como síntomas como los del autismo, mostraban mejoras en sus síntomas del TEA. Después de administrar secretina, se observó un cambio de comportamiento, como una mejora en el contacto visual, el estado de alerta y el lenguaje.

Después de esto, el tratamiento con secretina para el autismo se hizo popular, pero muchos estudios posteriores no lograron replicar el resultado del estudio. El primer estudio científico para comprobar si las inyecciones de secretina ayudan o no a los niños con autismo se publicó en 1999 (Arehart-Treichel, 2002). Los hallazgos no concluyeron que la secretina intravenosa (administrada a través de las venas) ayudara a los niños autistas a tener un mejor desempeño.

Este hallazgo se produjo después de que se realizaran algunas baterías de pruebas que consistían en pruebas de comportamiento, incluida la Lista de verificación de conducta en autismo. Los resultados compararon a los participantes que recibieron la dosis de secretina y los que recibieron la inyección de solución salina de placebo. Se publicaron tres estudios científicos posteriores sobre la secretina y, como otros estudios, no lograron encontrar resultados positivos.

Incluso el estudio realizado por Molloy, et al. (2002) no pudieron respaldar la hipótesis inicial que afirmaba que el estudio «no encontró diferencias significativas entre el tratamiento con secretina y placebo». En este momento todavía se están realizando investigaciones al respecto.

¿Qué deficiencia hormonal se asocia con el autismo?

El trastorno del espectro autista es un trastorno o afección del desarrollo neurológico con muchas causas posibles, incluidos los desequilibrios hormonales. Según Abozaid y otros, existe evidencia de que los niños autistas tienen niveles plasmáticos alterados de hormona del crecimiento (GH) y grelina.

Ambas hormonas desempeñan un papel en la integridad de la mucosa y esto es importante para la tolerancia inmunitaria. Además, la grelina también regula la respuesta neuroinflamatoria (inflamatoria) en el cerebro o la médula espinal) y los procesos apoptóticos (una forma de muerte celular controlada) (Abozaid, et al. 2020). Si alguno de estos procesos es anormal, podría estar relacionado con la patogénesis del autismo.

¿Cómo se administra la secretina?

La secretina se encuentra naturalmente en el organismo de los mamíferos, pero cuando se estudia con fines de investigación, la secretina se administra por vía intravenosa (a través de las venas).

En 2001, el Dr. Thomas Owley, profesor asistente de psiquiatría infantil y adolescente en la Universidad de Chicago, administró una dosis intravenosa de secretina porcina así como una dosis intravenosa de solución salina a 56 niños autistas de entre tres y 12 años. El estudio encontró resultados inclusivos, similares a muchos otros estudios. Este estudio, así como muchos otros, siempre ha administrado secretina por vía intravenosa para comprobar su eficacia en el tratamiento de los síntomas del autismo.

En conclusión

Hasta la fecha se desconoce si la secretina desempeña un papel en el tratamiento de los síntomas del autismo. Quizás en un futuro próximo, a medida que se realicen más hallazgos, la secretina bien pueda usarse como tratamiento para el autismo y otras afecciones neurológicas.

Todo lo que sabemos por ahora es que la secretina se consideró inicialmente (en 1998) como un posible tratamiento intravenoso para síntomas como las dificultades del lenguaje y del comportamiento observados en el trastorno del espectro autista (TEA).

Los estudios biológicos han logrado grandes avances en investigaciones que se remontan a siglos atrás, por lo que hay esperanza de que, algún día, la secretina tenga su influencia. Por el momento, la terapia de intervención temprana es lo que suele recomendarse como apoyo para los jóvenes autistas.

Referencias

Arehart-Treichel, J. (2002). Los estudios con secretina no logran demostrar eficacia en el tratamiento del autismo. Noticias psiquiátricas: Asociación Estadounidense de Psiquiatría, https://doi.org/10.1176/pn.37.1.0018

Abozaid, HM, Algohary, EAA, Zaky, EA, Mahmoud, RAA (2020). Estado de la hormona del crecimiento y la grelina en niños autistas, QJM: An International Journal of Medicine, 113(1), hcaa063.031, https://doi.org/10.1093/qjmed/hcaa063.031

DiGregorio N, Sharma S. (2021) Fisiología, secretina. En: StatPearls. Isla del Tesoro (FL): StatPearls Publishing; 2021 enero-. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK537116/

Molloy, CA, Manning-Courtney, P., Swayne, S. et al. (2002). Falta de beneficio de la secretina humana sintética intravenosa en el tratamiento del autismo. J Trastorno del desarrollo del autismo 32, 545–551 https://0-doi-org.innopac.wits.ac.za/10.1023/A:1021202930206

Thomas, RP, Hellmich, MR, Townsend, CM Jr., Evers, BM (2003) Papel de las hormonas gastrointestinales en la proliferación de tejidos normales y neoplásicos, Endocrine Reviews, 24, 5(1), 571–599, https:/ /doi.org/10.1210/er.2002-0028

Secretina humana sintética, https://www.cancer.gov/publications/dictionaries/cancer-terms/def/synthetic-human-secretin

Rao, JN, Wang, JY (2010). Regulación del crecimiento de la mucosa gastrointestinal. San Rafael (CA): Morgan & Claypool Life Sciences, Papel de las hormonas gastrointestinales en el crecimiento de la mucosa intestinal. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK54093/

Williams, K., Wray, JA y Wheeler, DM (2012). Secretina intravenosa para los trastornos del espectro autista (TEA). La base de datos Cochrane de revisiones sistemáticas2012(4), CD003495.