33 signos de trauma infantil oculto. |

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“No tengo ningún trauma oculto. Si me pasara algo así, lo sabría”.

Esa solía ser mi respuesta cuando alguien me preguntaba si sabía algo sobre el trauma o el abuso en mi juventud. Es una respuesta común de personas que no pueden recordar su trauma.

Muchos se sorprenden al darse cuenta de que existen los recuerdos reprimidos, y yo también me sorprendí cuando los recuperé durante un divorcio.

Esto no es nada raro. Los recuerdos del trauma a menudo se desencadenan cuando atravesamos cambios en la vida o pasamos por una inmensa cantidad de estrés. A menudo no se habla de esto, pero es particularmente importante abordarlo en estos tiempos en los que tantas personas están traumatizadas por las circunstancias actuales.

Recordar el trauma de mi infancia cambió mi percepción de la realidad y me di cuenta de que no podía confiar en algunas personas clave en mi vida. Al principio, darme cuenta de esto fue como si me cayera una bomba y destruyera mi identidad, un proceso importante que me ayudó a recordar quién era.

Las experiencias traumáticas a menudo se evitan y se ocultan, pero cuando surgen, tenemos la oportunidad de recordar los recuerdos y aspectos de nosotros mismos que habíamos alejado por vergüenza y culpa.

El proceso de reintegración del yo oculto nos permite sentirnos completos nuevamente con el tiempo. Recordar nos permite sumergirnos profundamente en nuestro subconsciente para recuperar conocimientos a los que antes no teníamos acceso.

Obtenemos perspectivas de la psique humana y nuestra conciencia, trayendo consigo una gran riqueza de inspiración y comprensión. Obtenemos luz y sabiduría al sumergirnos profundamente en nuestra sombra y cuando resurgimos, nos convertimos en seres multidimensionales empoderados y completamente activados.

No sabía que tenía un trauma oculto. Tampoco sabía que tenía habilidades que uno llamaría un don. Lo apagué cuando sentí que no era seguro ser yo. En retrospectiva, debería haberlo sabido.

Hubo muchos casos en los que la gente me dijo cosas y me señaló lo obvio, pero yo no lo vi en absoluto. Seguí rechazando las señales obvias.

Estos son los signos ocultos del trauma basados ​​en mis propias observaciones personales del camino de mi vida. Cuando experimentamos traumas repetidos y prolongados cuando éramos niños, aprendemos a vivir en modo miedo, lo que significa que nuestro sistema hormonal está en un estado de activación constante o se activa fácilmente, lo que significa que tenemos dificultades para relajarnos y, a menudo, buscamos formas de afrontarlo, lo que también puede conducir al abuso de sustancias.

Señales de que puedes tener un trauma oculto:

  1. Timidez extrema, baja autoestima o inseguridades e hipervigilancia.
  2. Negación y rechazo automático de la verdad sin querer investigar
  3. Sentirse hastiado o culpable sin saber por qué
  4. Recordando una experiencia extracorporal
  5. Una relación distorsionada con la comida
  6. Fetiches inusuales o ser percibido como promiscuo
  7. Mareos o desmayos recurrentes.
  8. La reacción del ciervo ante los faros
  9. Problemas crónicos de músculos y articulaciones debido al estrés, como calambres, ciática, dolores de espalda y fibromialgia.
  10. Incapacidad para confiar en los demás o en uno mismo.
  11. Preocuparse constantemente y/o estar nervioso y reactivo
  12. Tener ansiedad y depresión crónica.
  13. Adicciones a relaciones, sustancias y/o conductas compulsivas.
  14. Palpitaciones o irregularidades del corazón, alergias e infecciones recurrentes de la vejiga.
  15. Niebla mental o sensación de que no puedes recordar algo importante
  16. Sentir que algo te toca o sentirte observado y ver sombras negras.
  17. Sueños y pesadillas recurrentes.
  18. Un agujero emocional en tu corazón y una búsqueda constante de validación o reconocimiento de los demás.
  19. Esperar ser rescatado por otros, buscar repetidamente decepciones que reconfirmen la realidad de que “nadie se preocupa por mí”
  20. Fuerte respuesta emocional al sentirse dominado o a que alguien más decide sobre usted
  21. Estallar a llorar sin razón aparente después del contacto sexual con una pareja y ocultar sus emociones a los demás.
  22. Personas que te hacen preguntas extrañas sobre el pasado o no quieren que te conectes con ciertos miembros de la familia.
  23. Incapacidad para vivir solo o sentirse incómodo con ciertas personas sin saber por qué.
  24. No sentirse cómodo en casa, crearse horarios imposibles, mantenerse demasiado ocupado
  25. Estar demasiado preocupado por cómo te perciben los demás.
  26. Tener un dormitorio infantil cubierto de carteles.
  27. Preocuparse demasiado por cerrar puertas y ventanas en casa
  28. Cicatrices en tu cuerpo que no recuerdas de dónde eran.
  29. Su recuerdo de ciertos eventos difiere de cómo los recuerdan otros miembros de la familia.
  30. Miembros de la familia que intentan impedirle hablar sobre el pasado o preguntarle sobre experiencias pasadas para ver cuánto recuerda.
  31. Problemas de disociación y memoria cuando se está bajo estrés.
  32. Disonancia cognitiva: tener creencias contradictorias que le impiden tomar decisiones por sí mismo, lo cual es una señal de que está siendo manipulado.
  33. Pensamientos intrusivos, sensación de tener más de una personalidad y parloteo mental.

autor: Sabrina Goeldlin

Imagen: @giuliajrosa / Instagram

Editor: Kelsey Michal