3 citas budistas que nos ayudarán a superar la tristeza. |

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Entre todas las emociones dañinas que conocemos, creo que la tristeza es la más problemática.

A diferencia de la ira que podría disiparse en horas o días, la tristeza persiste como enredaderas que crecen en las paredes, extendiendo sus raíces para aferrarse con fuerza.

Como una enredadera que cubre un muro, la tristeza cubre nuestros corazones. Se propaga a todo nuestro cuerpo y nos deja sin rumbo y con el corazón duro.

Antes de conocer el budismo, vivía del sufrimiento, en particular de la tristeza. Me dio una razón viable para sobrevivir y, para ser honesto, una vida llena de paz y satisfacción no me interesaba.

El budismo me ha enseñado muchas cosas hermosas, pero una de las lecciones más preciosas que he aprendido ha sido el don de la transformación. En el pasado, no estaba abierto a la transformación. Me quedaba atrapado en un estado emocional durante meses y meses, sin aceptar (ni ver) la siguiente fase.

Pero a través de las enseñanzas del Buda, finalmente he aceptado que para superar cualquier cosa en la vida, especialmente la tristeza, tengo que abrir mi corazón. Tengo que abrirme a nuevas posibilidades, nuevas emociones, nuevas fases y nuevas yo mismo.

Para superar la tristeza, no permaneceré estancado, porque el estancamiento me daña a mí y a los demás.

Que estas tres citas te inspiren:

1. “No hay conexión entre yo mismo ayer y yo mismo en este momento”. ~ Shunryu Suzuki

Shunryu Suzuki es uno de mis monjes Sōtō Zen favoritos de todos los tiempos, y esta cita suya siempre ha sido preciosa para mí. Una de las cosas más dolorosas que me hice cuando la tristeza se apoderó de mí fue apegarme a quién era yo en ese momento de consternación. Incluso cuando mi corazón estaba listo para pasar a la siguiente fase, mi ego no lo estaba. De alguna manera insistí en permanecer triste, ya que la tristeza fortaleció mi sentido de identidad y propósito.

Pero, como dijo una vez Suzuki, quién era yo ayer y quién soy hoy son no relacionado. La tristeza, al igual que el dolor intenso, llega en oleadas, y una de las cosas más curativas que podríamos hacer es subirnos a esa «ola». Con el tiempo, poco a poco, nos acercamos a la “orilla”.

En consecuencia, comienza tu día con la intención de alejarte de quien eras ayer. Quien eres hoy podría dar la bienvenida a emociones ligeramente mejores o menos intensas.

2. “Para desarrollar el amor –amor universal, amor cósmico, como quieras llamarlo– uno debe aceptar toda la situación de la vida tal como es, tanto la luz como la oscuridad, lo bueno y lo malo. Hay que abrirse a la vida, comunicarse con ella”. ~ Chögyam Trungpa

Otro gran error que cometí en el pasado fue esperar que la vida fuera completamente buena o completamente mala. El punto intermedio se sintió antinatural e incómodo, y tal vez por eso no pude atravesar emociones intensas de tristeza.

Esta cita de Chögyam Trungpa nos invita a abrirnos a la vida, en todas sus situaciones: lo bueno y el malo. Cuando aceptamos que la vida abarca tristeza y felicidad simultáneamente, podemos navegar nuestros días sin problemas y comprender mejor cómo funciona realmente la vida.

3. “Si es doloroso, estás dispuesto no sólo a soportarlo sino también a dejar que despierte tu corazón y te ablande. Aprendes a aceptarlo”. ~ pema Chödrön

Amo a Pema y la amo por decir esta cita tan sabia. En el pasado, me quedé estancado en la «fase de resistencia». Pensé que soportar mi dolor era suficiente para volverme “espiritual” o “iluminado”. Pero soportar el dolor nunca es suficiente y tal vez ni siquiera sea el objetivo.

La cuestión es que, como saben los sabios Chödrön dice, para despertar nuestro corazón y permitir tristeza o cualquier otra emoción nociva para ablandarnos. Cuando permitimos que la tristeza nos transforme, abrazamos su propósito y presencia. Ya no nos concentramos en los porqués y nos centramos en los cómos. ¿Cómo puedo transformar esto de doloroso a útil? ¿Cómo puedo permitir que me cambie y me moldee para convertirme en quien debo ser?

Si hoy te sientes triste, ten en cuenta estos tres consejos (budistas): transformación de uno mismo, comunicación con la vida y aceptación del dolor.

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